miércoles, 17 de abril de 2024

Pocas Esperanzas

El domingo recibí una buena noticia: el libro del teniente coronel dado de baja de Carabineros, Claudio Crespo, apareció como el primer best-seller entre los de no-ficción en El Mercurio. Su título: "G3: Honor y Traición", hace patente la lucha entre el bien y el mal en nuestro país. Se lee con incredulidad y deja un saldo de desesperanza, porque describe una colectividad que no apoya a quienes luchan contra el mal, sino que más bien los persigue. En cambio, a los destructivos, viciosos, violentos y transgresores los llena de garantías y ventajas. 

Crespo pasó más de 400 días preso y está procesado y potencialmente condenado a doce años de presidio por haber usado la escopeta antimotines que el Estado le proporcionó para mantener el orden. Se le imputa haber alcanzado a un "primera línea". Él acredita que no fue su disparo el que le dio.

¿Qué te pasó, Chile? ¡Eras tan distinto cuando los civiles te recibimos de vuelta!

La realidad diaria de los encargados del orden deja la impresión de que el mal, en sus peores expresiones, ya está demasiado extendido y ha tomado ventaja. La conclusión es de que la violencia, el vicio y el delito tienen todas las de ganar.

Chile es, de hecho, un Estado fallido, porque ampara a los que hieren, matan y destruyen, mientras persigue a quienes ha impuesto la misión de combatir el delito, la violencia y el vicio. Mientras el Estado financia la defensa y la "protección" de los maleantes, entes pagados por el mismo Estado procuran que los carabineros sean condenados. Chile es un país suicida.

Desde luego no es un "estado de derecho" (mala traducción del inglés original, rule of law, es decir, "la ley manda"). Acá "el delito manda". Un facineroso dispara al policía con una escopeta. Éste se salva sólo gracias a su chaleco antibalas, pero ¡no puede usar su arma de servicio para responder! Pues cuando lo hace es sometido a proceso como "violador de derechos humanos". Esto es ilegal, porque en derecho rige el art. 410 del Código de Justicia Militar, que dice: "Será causal eximente de responsabilidad para los Carabineros el hacer uso de sus armas en defensa propia o en la defensa de un extraño al cual, por razón de su cargo, deba prestar protección o auxilio".

Cuando los "okupas" o drogadictos son "buenos" no usan armas de fuego, sino bolsas plásticas con orines y frascos con excrementos con los cuales cubren a los policías. Estos suelen contagiarse de sarna en los pútridos recintos que deben recuperar. Y luego pasan meses procurando desinfectarse. Cuando al fin sanan deben defenderse de jueces y fiscales que los persiguen.

El peor el problema es que, en el hecho, no rigen las leyes vigentes. Para empezar, jueces y fiscales no las respetan. Los políticos miran para otro lado cuando se violan en perjuicio de los uniformados o cuando los carabineros son "dados de baja". Tampoco nuestros uniformados activos se dan por aludidos y no se detienen a rescatar a sus "caídos tras las líneas enemigas", ni siquiera cuando en los penales sufren las peores discriminaciones carcelarias.

La "doctrina Schneider" de 1970 decía: "Hacer uso de las armas para asignarse una opción implica una traición al país". Esa era la parte más citada, pero luego agregaba textualmente: "La única limitación para este pensamiento legalista está en que los poderes del Estado abandonen su propia posición legal. En tal caso, las fuerzas armadas, que se deben a la nación, que es lo permanente, más que al Estado, que es lo temporal, quedan en libertad para resolver una situación absolutamente anormal y que sale de los marcos jurídicos en que se sustenta la conducción del país".

La judicatura y los políticos se han arreglado para "abandonar su propia posición legal" muchas veces desde 1990 y no ha pasado nada. La doctrina Schneider parece derogada por falta de aplicación. Sólo el voto popular ha contenido a los partidos en sus ansias de arrasar con todo. 

Entretanto, a diario la ciudadanía sana ha sido salvada de lo peor por Carabineros. Leyendo cómo se les ha pagado, sólo se puede concluir que este país, de tanto halagar al mal y proscribir al bien, ya no puede albergar muchas esperanzas de volver a ser lo que fue.

domingo, 14 de abril de 2024

Más Pinochet y Menos Boric

Al presidente lo siguen importunando con lo que les manifestó a sus anfitriones Luksic en su planta desaladora hace días: "más Narbona y menos Craig". Lo que pasó fue que se equivocó, pues debió decir "Fontbona" en vez de "Narbona". Error imperdonable en quien lleva por segundo apellido "Font". Y además incurrió en una descortesía con al menos una parte de los dueños de casa, que eran tanto Luksic Craig como Luksic Fontbona.  

S. E. es proclive a cometer errores. Por algo obtuvo un 2,8 en su examen de grado y lo reprobó. Pero estar equivocado es casi una exigencia para tener éxito en la política chilena. Tal vez por eso el pueblo lo eligió por amplia mayoría. 

Entonces el problema no sólo es él, sino la mayoría que lo eligió. Cecilia Cifuentes lo precisó en una de sus columnas económicas: "Tenemos al 'problema' --sentenció-- a cargo de encontrar 'la solución'". That is the question.

Pero eso no sería nada si ahora el problema no hubiera pasado a ser "de vida o muerte": los gobiernos post-90 nos han llenado de extranjeros. Y muchos son extranjeros que matan aunque su víctima les dé lo que le exigen.

Fuimos el país con menos homicidios por cada cien mil habitantes. Últimamente hemos subido de 4,5 a 6,5 homicidios por cien mil habitantes. Hoy varios países tienen menos. Desde luego, El Salvador, que ocupó el que fuera nuestro primer lugar. 

Cuando Pinochet entregó el poder en 1990, después de perder un plebiscito en que hubo la más descarada intervención económica de los EE. UU. y Europa Occidental en favor del "No", sumada a la armamentística de los países comunistas, había 928 delincuentes y terroristas presos. Los regimientos iban a las poblaciones a comprobar los antecedentes de sus habitantes y los "patos malos" con órdenes de detención pendientes se iban presos. No había "puerta giratoria". Los jueces no eran protectores de delincuentes ni menos persecutores de policías. La gente honrada de las poblaciones lo agradecía. Los que tienen edad suficiente lo agradecen hasta hoy. Los delincuentes de otros países no venían, porque sabían que aquí su negocio no funcionaba. El pueblo no tenía miedo y caminaba tranquilo a toda hora por las calles..

En cambio el 23.01.23 LUN informó que somos el país con más miedo entre 29 de una muestra de la firma inglesa Ipsos. Nos siguen en el temor general Israel, Sudáfrica, Perú y México. Si hace un año ya teníamos más miedo que los otros, hoy todavía tenemos mucho más: venezolanos recién asesinaron a un enésimo policía, el teniente Emmanuel Sánchez. 

Días antes mataron a dos agricultores que habían vendido sus tomates en Lo Valledor. Les quitaron el dinero, pero pese a eso los mataron. El hijo de 14 años de uno de ellos llamó por celular a su madre desde el camión en que iban: "Mataron a mi papá y a su amigo".

¿Es esto vida? No. No necesitamos más Fontbona y menos Craig; sí necesitamos más Pinochet y menos Boric.


martes, 9 de abril de 2024

No Me Vengan Con Cuentos

El economista Sebastián Edwards ha escrito en los EE. UU. un libro titulado "The Chile Project", una historia de los Chicago Boys. Comienza diciendo que en 1955 el Departamento de Estado norteamericano lanzó un proyecto para que estudiantes chilenos de Economía fueran a estudiar a la Universidad de Chicago. Afirmar eso tal vez sea bueno para la venta del libro en los EE. UU., donde al grueso de la población le agrada la idea de que ellos manejan el mundo. Pero no es verdad.

La idea original fue de un obispo muy chileno y reconocidamente de derecha, a la sazón rector de la Universidad Católica: monseñor Alfredo Silva Santiago. Este convocó al decano de su Facultad de Economía y Comercio circa 1955, el abogado Julio Chaná Cariola, y le dijo más o menos lo que luego reproduciré. Chaná habló en presencia del economista UC Rodolfo Menéndez y mía cuando lo visitamos 

Rodolfo me había llevado a verlo por encargo de la Facultad de Economía de esa casa de estudios, que quería publicar una crónica sobre la gestación de los "Chicago Boys". Esta apareció en el diario "La Segunda" hace unas décadas, cuyo recorte no tengo a la mano donde hoy me encuentro, pero puedo citar con exactitud cuando regrese a mi sede principal en Santiago en una fecha todavía no prevista. Las palabras de monseñor Silva Santiago a don Julio Chaná, referidas por éste, fueron, por lo que yo recuerdo:

"Mire, Julio, acá enseñan sólo economía socialista, mientras que el país más exitoso del mundo prospera gracias a la economía capitalista. ¿Por qué no consigue llegar a un acuerdo con alguna universidad norteamericana para que vengan a enseñarnos acá una economía como la de ellos?". 

Entonces, nos refirió don Julio, que cuando lo visitamos ya estaba retirado y bastante impedido, recurrió a un alumno de la facultad que trabajaba en un programa de ayuda norteamericano llamado 'Punto Cuarto'. El alumno habló con su jefe y éste tomó la idea con mucho entusiasmo e hizo contacto con la Universidad de Chicago.

En 1955 comenzaba a brillar en esta última un profesor llamado Milton Friedman, defensor de una economía libre. La revista "Time", que yo leía en esos años porque mi padre estaba suscrito y me la pasaba, después puso a Friedman en su portada y sostenía que "era una fiebre" y los norteamericanos estaban divididos en tres categorías: "friedmanianos, friedmanistas y friedmaníacos". 

Después de los contactos iniciados por el jefe del Punto Cuarto en EE. UU. llegaron Arnold Harberger (considerado "el padre de los Chicago Boys") y demás profesores norteamericanos, que hicieron posibles los viajes de estudiantes chilenos a graduarse en Chicago. 

Las enseñanzas que éstos impartieron a su regreso fueron la base del programa económico de la Revolución Militar Chilena y de los mejores treinta años en la historia de la economía del país.

Lo importante es subrayar que "el autor de la idea" fue un obispo conservador y no el Departamento de Estado norteamericano. Y que su primer gestor fue el abogado Julio Chaná Cariola. Y su principal realizador el jefe del programa de ayuda Punto Cuarto, actuando a título personal y cuyo nombre se ha perdido en el tiempo, pero cuya intervención fue decisiva y eficaz.

Estoy seguro de que los Chicago Boys estarán contentos de saber que su origen estuvo siempre radicado en iniciativas particulares y no estatales.

sábado, 6 de abril de 2024

Vamos Bien. Mañana Mejor

Los mayores entienden. Los de derecha a secas vamos bien. Cada vez más gente reconoce que teníamos razón. Hoy ya nadie niega que "los mejores 30 años" fueron 1985-2015. Nadie niega que el país que recibió una mayoría equivocada en 1990 era el que más crecía en América, había derrotado al terrorismo (928 terroristas presos), no vivía un conflicto en la Araucanía, no sufría las consecuencias de una inmigración descontrolada y la población podía transitar segura por calles y caminos. Las encuestas revelan que cada vez más chilenos actuales reconocen y añoran ese Chile lamentablemente perdido.

Hay conciencia del fracaso del socialismo gobernante. Ha construido un Estado privilegiado y enorme, que ha multiplicado por ocho veces su tamaño. El escándalo en el abuso de los recursos públicos hace noticia todos los días. El malestar proviene de que las políticas socialistas han hecho que el ingreso por habitante esté estancado hace diez años. Caen los empleos productivos y si ello no se refleja más en las encuestas ocupacionales es porque el Estado aumenta su burocracia en casi cien mil personas anuales.

Se acusaba al "modelo" de la "desigualdad" y de que ésta provocaba el "malestar", hasta que el trabajo de Ignacio Briones, economista de centro, probó en La Tercera del 05.11.22 que nuestro modelo era tan igualitario como los de Dinamarca, Finlandia, Francia y Alemania, antes de impuestos. Y demostró que en esos países los impuestos disminuían la desigualdad ¡pero en Chile no!. Porque acá tenemos una burocracia sobrepagada. ¡La plata del Estado no va a los pobres, sino a quienes ganan más! La Tercera había demostrado el 20.11.21 que el promedio de remuneraciones en el sector público era de $964.453, mientras en el privado era de $635.134. Por eso en Chile los impuestos no disminuyen la desigualdad. Eso echa abajo la crítica de que el modelo de economía libre era el origen del "malestar". ¡Éste lo genera el crecimiento del Estado, es decir, el socialismo! .Los de derecha estamos bien porque la mayoría se da cuenta de que teníamos razón.

No teníamos candidato presidencial y ahora lo tenemos: Johannes Kaiser. ¿Que todavía no encabeza las encuestas? No importa. Quedan muchos meses por delante, Y nuestra "derecha a secas" ha ganado con amplitud las tres últimas votaciones: el plebiscito del 5 de septiembre de 2022, la elección del 7 de mayo de 2023 (ahí ganamos lejos a los partidos de la Evelyn) y el plebiscito del 17 diciembre de 2023. 

La mayoría se inclina a favor del sentido común: dar confianza a la inversión, dejar de perseguir a carabineros y militares (como lo hicieron Piñera y la Evelyn) y actuar contra delincuentes y terroristas. Lo que ofrece la derecha a secas hoy es lo que quiere la mayoría. Por eso podemos decir "hasta aquí vamos bien". Y mañana, mejor. 

martes, 2 de abril de 2024

Un País Contra Natura

La carta a El Mercurio de la señora Carolina Olguín, denunciando la condena de su hijo conscripto de 18 años, Carlos Robledo, a diez años de presidio por disparar contra saqueadores en La Serena, uno de los cuales murió, ha provocado numerosas reacciones de asombro. 

Repentinamente una mayoría se pregunta: "Pero, ¿qué estamos haciendo?"

Desde luego, la ley ya no vale. El artículo 208 del Código de Justicia Militar dice: "Será causal eximente de responsabilidad para los militares el hacer uso de armas cuando no exista otro medio racional de cumplir la consigna recibida". Había saqueos, incendios, destrucción. El gobierno de la época "sacó a los militares a la calle". Los superiores de los conscriptos les habían entregado armas. Y se les ordenó poner término a los saqueos. ¿Cómo lo iban a hacer sino con sus armas? Si se les hubiera proporcionado megáfonos, en lugar de fusiles, les habrían gritado a los saqueadores que dejaran de robar, pero seguramente éstos no les habrían hecho caso y les habrían lanzado peñascos y bombas molotov, dejando a muchos conscriptos heridos, procediendo luego a saquear igual.

En este país "desvirtuado", por llamarlo de alguna manera, suceden cosas "contra natura": el perseguido es el militar y el protegido es el delincuente. Eso está acordado democráticamente y es lo que han predicado y practicado todos los gobiernos desde el restablecimiento de la democracia el 11 de marzo de 1990. Todos elegidos por amplias mayorías en 1989, 1993, 1999, 2005, 2009, 2013, 2017 y 2021. Han coincidido. en la "política de los acuerdos": condenar a los militares y perdonar (e indemnizar) a los terroristas. Los que discordaran serían "cómplices pasivos".

"El ladrón detrás del juez". Militares condenados a morir encadenados. Delincuentes libres e indemnizados. Ellos reúnen el mayor número de amnistiados, beneficio que se niega a militares. Éstos también carecen de derechos carcelarios, que favorecen hasta a los peores reos comunes.

Cada cierto tiempo "los que mandan" se ponen de acuerdo en insultar públicamente (como en "1984", de Orwell) al "enemigo número uno", representante de los valores tradicionales, de la ley natural, del orden sobre el caos y del bien sobre el mal: Augusto Pinochet. Coro encabezado por Boric, Matamala y la Cámara de Diputados, que por 50 a 42 despojó a aquél de las condiciones de "expresidente" y de "estadista". 

Entonces "¡a quemarlo y destruirlo todo!", como dijo una líder muy representativa de este nuevo país contra natura.

sábado, 30 de marzo de 2024

¿Cuándo Pasamos a Ser El Mundo al Revés?

Los principales problemas de los chilenos son la delincuencia y el terrorismo. Tenemos un Cuerpo de Carabineros dotado de elementos suficientes para derrotarlos. Está históricamente comprobado que cuando aquél gozaba del respaldo del gobierno, derrotó a ambos, y al recibir la civilidad el poder el 11 de marzo de 1990 casi no había delincuencia ni terrorismo. No eran mayor problema para los chilenos. ¿Por qué? Porque Carabineros gozaba de respaldo ciudadano e institucional. 

Justamente ayer se acaba de conmemorar el que la izquierda llama (y el país lo acepta) "Día del Joven Combatiente". Ese día, en 1985, en la población Villa Francia, una patrulla de Carabineros procedió a pedir su identificación a dos individuos sospechosos. Estos desobedecieron y le dispararon, sin advertencia previa, al carabinero Marcelo Muñoz Cifuentes, hiriéndolo en el tórax y en una pierna. 

Los agresores huyeron, el resto de la patrulla los siguió y alcanzó. En el intercambio de disparos consiguiente resultaron muertos los agresores, dos hermanos Vergara Toledo, ambos pertenecientes al MIR.

Los carabineros procedieron en todo de acuerdo a derecho. Los miristas dispararon primero. Luego intentaron huir. El artículo 411 del Código de Justicia Militar dice expresamente que "estará exento de responsabilidad penal el Carabinero  que haga uso de sus armas en contra del preso o detenido que huya y no obedezca las intimaciones de detenerse".

Sin embargo, en su tiempo la presidenta Michelle Bachelet dijo que los hermanos Vergara Toledo habían sido víctimas de "un crimen horrible". Partía la derogación de la justicia y el derecho en Chile. Sus correligionarios del Poder Judicial la consumaron.

Además, empezó a operar el negocio de los DD. HH. y los carabineros fueron condenados a largos años de presidio. Apenas se libró de eso, pero estuvo procesado largo tiempo, el doblemente herido carabinero Muñoz Cifuentes. 

Cuando hubo suficientes jueces prevaricadores como para instalar la dictadura judicial de izquierda que existe hoy, tampoco el país dijo nada. En este momento hay 328 Presos Políticos Militares a quienes no se aplicaron las leyes y han sido condenados en juicios inconstitucionales, mientras se sustrae ilícitamente al fisco centenares de millones de dólares anuales a título de indemnización al terrorismo.

La legalidad no tiene apoyo. ¿Se ha oído alguna vez al Colegio de Abogados levantar la voz? Nunca, salvo para hacerse cómplice de la dictadura  judicial roja. A mí, como colegiado, me aplicó censura de prensa previa cuando escribí un artículo para la Revista del Abogado denunciando un fallo prevaricatorio. Por si a alguien le interesa, lo publiqué en este blog el 27 de marzo de 2015.

¿Cuándo se perdió Chile? Cuando la razón y la ley dejaron de tener defensores. Cuando el "Día del Joven Combatiente" pasó a ser efeméride. Cuando los Carabineros fueron condenados y los delincuentes indultados e indemnizados. Cuando Chile se convirtió en "el mundo al revés" que es hoy.


martes, 26 de marzo de 2024

Siempre Tuve Toda la Razón

Siempre dije que Sebastián Piñera trabajaba para la izquierda. Siempre dije que su trágico fallecimiento era un hecho de enorme importancia política. Siempre dije que el sector más perjudicado con su pérdida iba a ser la izquierda. 

Ahora un destacado ideólogo de esa tendencia, Eugenio Tironi, en su columna de El Mercurio de ayer, me ha dado la razón. Advierto que Tironi es tan de izquierda que siempre es convidado a los foros de Icare y al Encuentro Nacional de la Empresa. Socialista de partido, llama "estallido social" a la insurrección del 18 de octubre de 2019. Votó, por supuesto, "Apruebo" ambas veces, el 25 de octubre de 2020 y el 4 de septiembre de 2022; y por Gabriel Boric en ambas ruedas del 2021. Como cierre de su citada columna escribió ayer lo siguiente:

"Sebastián Piñera fue la barrera para quienes promueven un clima que, al menos para una parte de los chilenos, trae sombríos recuerdos. Como nunca, se le echa de menos".

"Barrera para quienes promueven un clima", que son, por supuesto, los de la derecha política que apoyó la Revolución Militar y que fueron a la vez, en conjunto, los fundadores de los "mejores treinta años de la historia de Chile", 1985-2015. Años caracterizados fundamentalmente por la libertad y el orden, los dos grandes valores de la derecha legados por la Revolución Militar.

Paradójicamente, esos "mejores treinta años" fueron logrados haciendo todo lo contrario que el presente gobierno, del cual es partidario Eugenio Tironi. Gracias a los dos años de Boric "el PIB per cápita se redujo en 3,3 %... el consumo privado per cápita se redujo en 10,8 % y la inversión per cápita en 16,4 %". (Klaus Schmidt-Hebel, El Mercurio, 26.03.24).  

En 1985, dejados atrás los avatares de la "crisis de la deuda" y "la década perdida de América Latina", de la cual Chile fue el primer país en salir, privatizando en lugar de estatalizar, aplicando mano dura al delito y al terrorismo (legó mil presos del MIR y del FPMR a Aylwin, que se encargó de liberarlos); bajando impuestos en lugar de subirlos; congelando el salario mínimo, que condujo al 5 % de desempleo en enero del 90; impidiendo la entrada de inmigrantes ilegales, respetando la tradición araucana, por lo que no hubo conflicto alguno en la zona que habitan esos chilenos que "con su sangre nos legaron por herencia el valor", Chile pasó a ser otro país tan distinto del de hoy como del arruinado que fue recibido por la Revolución Militar en 1973. Ambos países, meros despojos debidos al izquierdismo y debatiéndose en los últimos lugares del hemisferio.

Tiene razón Tironi, tanto como tuve razón yo: "Sebastián Piñera fue la barrera" que nos impidió reeditar esos mejores 30 años. Pero él dice: "Como nunca se le echa de menos", y en cambio yo digo que, como nunca, se echa de menos a Pinochet.